dom. Abr 28th, 2024

Según un informe realizado por el CESO (Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz), el precio de los alquileres ofertados en la Ciudad de Buenos Aires durante el mes de junio de 2023 fue: La mediana de los monoambientes: $ 110.000. A una persona que cobra el Salario Mínimo Vital y Móvil ($87.987), no le alcanza para pagar un alquiler. La mediana de las ofertas de departamentos de dos ambientes fue de $ 130.000 y de los de tres ambientes de $ 180.000. En cada categoría, los precios varían en función de otras características propias (antigüedad, si posee cochera, etc) y de su entorno (infraestructura, disponibilidad de transporte, cercanía a centros comerciales entre otras). Los valores expresados anteriormente no incluyen expensas, las cuales alcanzan en promedio el 12,9% del costo del precio de oferta de un alquiler. Con respecto a mayo 2023, los aumentos fueron de 18,9% en los monoambientes, 8,3% para los de 2 ambientes y 12,5% en los de 3 ambientes. Al mes de mayo, el incremento interanual en los precios según el IPC INDEC fue de 114,3%. En los últimos doce meses, el precio de oferta de un monoambiente en CABA aumentó 144,4%, los departamentos de 2 ambientes subieron un 124,1% y 125,0% los de 3 ambientes. Los aumentos de los alquileres superaron la inflación. Mientras que el índice para Contratos de Locación que regula la actualización de los alquileres dentro de un contrato ya vigente, muestra un incremento interanual de 100,0% al primer día hábil de junio.

A tres años de vigencia de  la ley de alquileres

En Julio 2020 entró en vigencia la ley de alquileres. Inquilinos Agrupados realizó el siguiente balance:

Desde que se puso en vigencia la ley, el intento por tirarla abajo no cesa. La estrategia principal es decir que “no funcionó”, cuando en realidad lo que no funciona es el Estado en su obligación de regular un precio tan fundamental como lo es el alquiler. Usamos el precio inicial de mercado para un 2 ambientes en Julio de 2020 de $17.697, en jul de 2021 la actualización por ley fue del 41%. Durante el segundo año el alquiler fue de $24.953.

La actualización de julio de 2022 fue del 58% y el alquiler pasó a estar en $39.464. Durante el primer contrato por ley, el aumento total por ICL fue del: 123%. Sabemos que la ley no se cumple. El mercado inmobiliario está por encima del Estado y las leyes. Y por supuesto quienes deben controlar y elaborar políticas para garantizar el derecho a la vivienda no tienen coraje o directamente son parte del mercado inmobiliario. Por eso pasó lo siguiente con los precios de mercado: El precio de mercado para julio de 2020 era de $17.697. A julio de 2021 fue de $36.541, un aumento interanual del 106%. Para julio de 2022 el alquiler era de $67.015. Un aumento respecto de julio de 2021 fue del 83%. En el primer período de la ley de alquileres el mercado aumentó un 279% los precios. Si partimos desde el mismo precio base y lo actualizamos por inflación, los resultados deberían ser los siguientes: julio 2020: $17.697, julio 2021: $27.254 (54,7%), julio 2022: $48.000 (76%). La inflación acumulada desde julio de 2020 a julio de 2022 fue del 171%. La inflación de julio 2020 a mayo de 2023 fue del: 400%. Un análisis general permite afirmar que el alquiler por ICL se encuentra 123 puntos porcentuales por debajo de los precios de mercado y 48 puntos por debajo de la inflación.

Si se cumpliese la ley de alquileres sería un alivio importante para la economía de 10 millones de inquilinos (3 millones de hogares), pero por sobre todas las cosas sería la primera política de control de precios de alquileres desde la última dictadura. Frente a los vergonzosos que sólo saben hablar de “incentivos” o “impuestos” la ley de alquileres abrió un debate central a los que muchos prefieren escaparle. La ley de alquileres obliga a registrar los contratos de alquiler en AFIP, como cualquier otra actividad comercial, sin embargo sobre 3 millones de contratos sólo se registraron 140.000.

Por supuesto en este contexto, discutir la dolarización de las viviendas y el sueño es fundamental pero ingenuo creer que las propuestas políticas tengan el coraje de solucionar un tema que es estructural para lograr un país menos desigual. En esa tarea estamos las organizaciones inquilinas del país. No queremos que nos estudien a nosotros, cuán pobres somos o cuántas veces nos mudamos. Queremos saber quiénes concentran las viviendas en Argentina. Cuánto perciben por rentas, cuánto declaran, y sobre todas las cosas queremos que la vivienda vuelva a ser un derecho.

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